“En el tribunal penal, no solo impartimos justicia, también enfrentamos el dolor humano”: Víctor Iván Rodríguez, juez especializado en violencia de género
Ciudad Juárez, Chihuahua. — En medio del proceso electoral más complejo de la historia reciente, donde por primera vez se eligen jueces mediante voto popular, Víctor Iván Rodríguez Trejo, actual juez penal de primera instancia y de enjuiciamiento, habla sobre su labor en el sistema de justicia, particularmente en los tribunales especializados en violencia de género, únicos en su tipo a nivel nacional.
“Ser juez penal no es solo aplicar la ley, es entender el contexto humano detrás de cada caso. Es tomar decisiones difíciles con base en hechos, pruebas y bajo el marco legal, pero sin perder de vista la dignidad de las personas involucradas”, afirma.
El rol del juez penal
Rodríguez Trejo explica que el trabajo de un juez penal varía según la etapa del proceso. En las etapas previas al juicio, conocidas como etapa inicial, interviene un juez de control, cuya función es fundamental para garantizar los derechos del acusado desde el primer momento.
“El juez de control determina, por ejemplo, si una detención fue legal, si existen elementos suficientes para que la Fiscalía continúe con la investigación, y resuelve conflictos relacionados con cómo se obtuvieron las pruebas. Es el primer contacto real del ciudadano con la justicia”, detalla.
Posteriormente, en la etapa de enjuiciamiento, el juez analiza toda la evidencia y emite una sentencia con base en los hechos probados, el marco legal y los principios de imparcialidad.
Actualmente, el juez Rodríguez está adscrito a un tribunal especializado en violencia de género, una figura pionera en el país, exclusiva del estado de Chihuahua, con sedes en Ciudad Juárez, Chihuahua capital, Cuauhtémoc, Parral y para los casos del municipio de Guadalupe y Calvo.
“Este tipo de tribunal surge por la necesidad de atender con perspectiva de género casos sumamente delicados, como feminicidios, trata de personas o violencia intrafamiliar grave. Son procesos complejos, dolorosos y que requieren jueces capacitados no solo en derecho, sino en derechos humanos y enfoque diferenciado”, explica.
El juez recuerda uno de los casos más difíciles que ha enfrentado: el feminicidio de una niña a manos de la pareja sentimental de su padre. Aunque el responsable intentó borrar toda evidencia del crimen, el trabajo de la Fiscalía logró reconstruir los hechos y obtener una sentencia condenatoria con una pena cercana a la máxima legal.
“Fue un caso sumamente doloroso. Es en esos momentos donde uno siente el peso de la toga. Pero también sabes que estás haciendo lo correcto: dando justicia a quien ya no puede hablar. Eso es lo que dignifica este trabajo”, relata con firmeza.
Una justicia cercana, pero firme
Para Rodríguez Trejo, el reto más grande del sistema judicial hoy es mantener su independencia, profesionalismo y sensibilidad en medio de un entorno social polarizado.
“La sociedad exige una justicia que escuche, que actúe con rapidez y que no sea indiferente. Como juez, mi compromiso es mantenerme firme en la ley, pero sin olvidar que detrás de cada expediente hay una vida rota que merece respuesta”, concluye.